dimecres, 25 de març del 2009

Cartas tunecinas (1).

He decidido recuperar unos textos que escribí el verano asado sobre Túnez, antes de ir a trabajar a Mallorca de temporada.

Cartas Tunecinas.


Como sabes me he ido a vivir una temporada a Túnez (ciudad), con Estelle y el pequeño Guillem, que ya entrena los cien metros lisos a gatas. Estoy sorprendido de mi primera estancia en África.
Túnez parece el decorado de "Cuéntame", imágenes de mi infancia que no recuerdo, seguramente porque esto es más exagerado. Apenas se ve gente con traje tradicional. Llevan ropa europea bastante pasada de moda, de jubilado. La mitad de los hombres lleva gorro tradicional o gorra occidental. La mitad de las mujeres pañuelo. Van excesivamente abrigados. Nada parecido a tribus urbanas. Los hombres llevan el pelo corto. Los jóvenes modernos lo llevan muy corto. Nadie va rapado. Nadie lleva melena. Hay una carnicería de cordero y ternera; a su lado hay una verdulería, al lado de ella una tienda de latas, pan, paquetes de fideos, macarrones, etc.; después una panadería con tres tipos de pastelitos; luego una pollería. Todo en locales continuos. Cualquier entrada a nivel de calle que en Palma daría para aparcar un único coche se usa para montar un negocio de cualquier tipo. Hay camiones que venden naranjas a la puerta del mercado. Las aceras tienen agujeros que en otras latitudes provocarían cartas al director por miedo a que una ancianita se rompiera una pierna. Por supuesto no están señalizados. Incluso hay tapas de alcantarilla mal cerradas. Descampados con hierbas silvestres y suciedad por doquier. Barreras arquitectónicas que dificultan empujar un carrito de bebe, menos mal que no se ve a nadie con silla de ruedas.
Cuando alguien te comente que en Palma se conduce mal, responde que circulamos con disciplina alemana y precisión suiza. En Túnez se usa más el claxon que los intermitentes, más bien los intermitentes apenas se usan. Los coches circulan sobre las líneas que separan los carriles. Donde yo veo cuatro carriles, dos en un sentido y dos en el otro, ellos usan cinco. Hoy he visto esquivar la barrera bajada del paso a nivel del tren Túnez-La Marsa a varios coches y a un camión cargado con dos lanchas. Luego ha pasado nuestro taxi. Los cinturones de seguridad están sin estrenar. Hay adelantamientos imposibles donde no hay espacio, se meten con calzador dándose un margen de seguridad de un palmo. Los peatones contribuyen al caos general cruzando autovías con coches circulando a ochenta. Los pasos de cebra necesitan una nueva mano de pintura desde hace varios años. El parque móvil es de lo más variado. Mucho coche de marca francesa. Bastantes modelos actuales, pero hay más coches con unos años encima. Todavía se ven cuatrolatas, incluso he visto varios escarabajos de los antiguos. Pocas motos, pero las últimas mobilettes camperas de Europa las recogieron y las trajeron aquí.
El bilingüismo existe, yo lo he visto. Todo está rotulado en árabe y francés. El noventa por ciento de la gente habla árabe y francés. Hablan francés. Saben que una "poussette" es el carrito en el que va Guillem. No sé si su sistema educativo tiene otras virtudes pero ha sido capaz de enseñar un segundo idioma que no se parece en nada al materno. Al ver que mi francés es peor que el suyo me preguntan si soy italiano. La gente es muy amable y les encantan los bebes. Cogen a Guillem y le besan, a veces en la boca. No se ven apenas bebés por la calle. No los deben sacar a pasear. Los pocos que he visto eran de otras parejas extranjeras. Tampoco he visto perros. Sólo tres, sin collar, en el campo de las afueras de la ciudad.
Así son las cosas y así se las hemos contado. Seguiremos informando.

Bes-lema (adios).



Xavi, en Túnez, 17 de marzo de 2.008.

dilluns, 16 de març del 2009

Cucarachas.

En nuestra casa de Túnez hay cucarachas. Debe ser normal, porque cuando se lo comentamos a alguien no se sorprende. Hay que tener en cuenta que cuando vemos una cucaracha puede haber otras diez escondidas. De noche salen a pasear por la cocina más de veinte, así que podéis hacer cálculos. El otro día pusimos mata-cucarachas y recogimos varias centenas de cadáveres. Va a ser como con los baños: una vez al mes, haga falta o no haga falta. En verano tal vez más a menudo.